miércoles, 4 de julio de 2007

El cuento del ratòn Acosta y sus lauchitas

Habìa una vez un ratoncito pelao que era muy cobarde. Èl era el lìder de un grupo de otros 11 ratones chilenos. Un dìa se enfrentaron contra unos roedores mexicanos. El pleito entre ambos grupos fue desastrozo. Ninguno de los grupos peleaba. Parecìa que se hacìan cariño. Los mexicanos venìan con el cartel de favorito, pero sòlo se dedicaron a defender. Las ratas chilenas en vez de salir a atacar, siguieron las òrdenes de la rata superior y se quedaron a la espera. Pero hubo un grupo de hamsters chilenos que por momentos parecìan hombres jugando fùtbol. Eran el grupo de los "Splinter" (maestro de las tortugas ninjas). Algunos quedaron en su realidad, como ratas.
El ratòn volador era Bravo. Jugò perfecto. Nuevamente atajò como corresponde al cargo de arquero titular de la selecciòn. Los ratones defensivos de Rocco y Fuentes pasaron bien. El ratòn Contreras se quedò buscando queso.
Creo que el ratòn kakule debe irse a buscar comida a la banca. Ya tenemos a "sùper Colocho", y a "sùper Sanhueza". Ambos son una muralla. El primero corre hasta màs no poder y el segundo juega ordenado y se toma su tiempo.
por los costados tenemos dos roedores. La ratita Fierro no subiò nunca. Se quedò todo el partido de mitad hacia atràs. El ratoncito que juega en Portugal subiò todo el tiempo, pero no llegaba a nada. Simplemente corriò, como lo hace cualquier rata de campo.
En esta riña entre ratas sudamericanas y norteamericanas, habìa una en especial que venìa con una mochila muy pesada en su lomo. Un ratoncito de laboratorio llamado Villanueva. Como su compañero, el ratòn depresivo y el ratòn con el cuello malo no podìan jugar, tuvo que armarse de valor y salir a jugar donde las ratas mexicanas. Estas ùltimas se transformaron en gatos, comièndose al ratoncillo de pruebas. Aun asì algo hizo por tratar de ganarles a las lauchas del norte.
Adelante habìan dos ratas que tenìan que ser las que empezaran en dar la primera estocada, pero nunca lo hicieron. La ratilla Lorca no alcanzò a evolucionar. No hizo nada, que siga comiendo pelet. Mientras que el ratòn Suazo evolucionò hasta ser un jugador muy bueno, pero està vez no cumpliò su misiòn. No pudo hacer un gol. Sòlo le faltò eso.

Los rivales ni siquiera uno alcanzò a evolucionar un poco. Eran ratas muy malas. Pero entonces ¿por què no ganaron nuestras ratas de laboratorio? Fàcil, el ratòn Acosta es el lìder y juega con un equipo que lo màs seguro es que ya tenga Hanta.

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